Dopaje en el futbol profesional.

En el putrefacto mundo del fútbol profesional es cuanto menos sorprendente que un   futbolista que haya dado positivo (caso de un jugador del Athletic de Bilbao) todavía a día de hoy no ha cumplido la sanción de dos años que le impuso el Comité Nacional Anti Dopaje.

Por el contrario, en las Federaciones de Ciclismo o de Atletismo, las normas de obligado cumplimiento son espartanas. No se valida un récord de España sin el correspondiente control antidopaje. Igualmente se examina con estrecho interés a aquellos atletas que hayan mostrado una progresión extrañamente acelerada en sus marcas. Todo lleva tiempo y en el Atletismo, el deporte rey por excelencia (no en el aspecto crematístico, sino en el  puramente deportivo)  NO HAY ATAJOS  FARMACOLOGICOS.

Y los faroles –como en el mus- se apagan rápido.

No es sorprendente de que en cuanto un atleta mejore espectacularmente sus marcas  rápidamente los Servicios Médicos de la RFEA le hagan un seguimiento. Igualmente a los atletas que se entrenan en el extranjero se les indica que deberán estar disponibles para someterse a los controles antidopaje, debiendo dejar claramente indicado dónde se entrenan, en que ciudad, y en que instalaciones deportivas efectúan sus entrenamientos, etc...